Cómo saber si mi hijo tiene déficit de atención (TDAH): en qué debo fijarme

¿Qué es el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que afecta el desarrollo y funcionamiento del cerebro, manifestándose principalmente en la infancia. Se caracteriza por tres síntomas fundamentales: la dificultad para prestar atención, la hiperactividad y el comportamiento impulsivo. Estos síntomas pueden variar en intensidad y presentan diferentes combinaciones en cada niño, lo que puede dificultar su identificación y diagnóstico.

Los niños con TDAH a menudo presentan problemas para concentrarse en tareas, seguir instrucciones y terminar actividades, lo que conlleva dificultades en el ámbito académico y social. La hiperactividad se manifiesta como un aumento en la actividad motora, generando situaciones en las que el niño puede parecer inquieto o incapaz de permanecer sentado. Por otro lado, la impulsividad implica actuar sin pensar, lo cual puede derivar en decisiones precipitadas y dificultades en el manejo de emociones. Esta combinación de síntomas puede afectar gravemente la vida diaria del niño y sus relaciones interpersonales.

Las causas del TDAH son variadas y no se limitan a un solo factor. Existen teorías que sugieren un componente genético, así como la influencia de factores ambientales y problemas en el desarrollo cerebral. Además, estudios apuntan a que el TDAH es más común en niños, aunque las niñas también pueden presentar síntomas menos evidentes. Se estima que un porcentaje significativo de la población infantil puede verse afectado por este trastorno, lo que subraya la importancia de un diagnóstico adecuado y temprano. Una evaluación profesional resulta esencial para determinar la presencia de TDAH y ofrecer el tratamiento adecuado, que puede incluir terapia conductual y, en algunos casos, medicación.

Síntomas a tener en cuenta

Identificar si un niño presenta síntomas de TDAH puede ser un desafío, ya que su comportamiento puede variar en diferentes entornos. Sin embargo, existen categorías clave de síntomas que los padres deben observar: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Cada uno de estos grupos de síntomas puede manifestarse de diversas maneras, lo que facilita su identificación en situaciones cotidianas.

En la categoría de falta de atención, los niños pueden mostrar dificultades para concentrarse en tareas, olvidos frecuentes y una tendencia a perder objetos necesarios para completar sus actividades. Por ejemplo, un niño que interrumpe su tarea escolar porque le cuesta mantener el foco podría estar evidenciando este síntoma en el entorno académico. En casa, puede que se distraiga fácilmente durante las actividades familiares o que le cueste seguir instrucciones simples, evidenciando su dificultad para prestar atención.

Referente a la hiperactividad, este síntoma se manifiesta a través de una actividad física constante o excesiva. Un niño hiperactivo puede verse inquieto, moverse sin parar en su silla y mostrar dificultad para permanecer en calma en situaciones donde se requiere tranquilidad, como en la biblioteca o durante una cena familiar. En el aula, puede tener problemas para quedarse sentado y puede interrumpir o hablar en momentos inapropiados.

La impulsividad es otra característica común en niños con TDAH, que puede llevar a decisiones precipitadas y comportamientos inapropiados. Este síntoma puede resultar en un niño que interrumpe a sus compañeros, no espera su turno en juegos o actividades, o que actúa sin pensar en las consecuencias. Observar estas manifestaciones en casa o en actividades extraprogramáticas puede brindar a los padres una mejor comprensión del comportamiento de su hijo.

La observación cuidadosa de estos síntomas en diferentes contextos es fundamental para ayudar a los padres a identificar posibles señales de TDAH en sus hijos.

¿Cuándo consultar a un especialista?

La identificación de síntomas relacionados con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede ser un proceso complicado para los padres. Es fundamental considerar la consulta a un especialista cuando se observan comportamientos que afectan significativamente el rendimiento académico, las relaciones interpersonales o el bienestar emocional del niño. Si un niño presenta problemas persistentes de atención, hiperactividad o impulsividad, que no son típicos para su edad y que interfieren con su vida diaria, es recomendable buscar la ayuda de un profesional.

El equipo de psicólogos y psiquiatras de Neuróptima desempeña un papel crucial en el diagnóstico y tratamiento del TDAH. Nuestros especialistas cuentan con la formación necesaria para realizar evaluaciones exhaustivas que incluyen entrevistas con los padres, observaciones del comportamiento del niño, la aplicación de pruebas estandarizadas y sobre todo y nuestro punto fuerte, uso de técnicas objetivas como el QEEG, Potenciales Evocados o pruebas QPT. Esta evaluación integral es vital para diferenciar el TDAH de trastornos similares y para descartar otras causas de los síntomas observados. Pasar por este proceso puede proporcionar claridad y orientación sobre las mejores estrategias de intervención.

Nuestros profesionales son especialista en el tratamiento del TDAH y en su enfoque terapéutico. No sólo ayudándote con la evaluación precisa, sino además brindándote la oportunidad de trabajar con técnicas de última generación y con eficacia demostrada, tales como el Neurofeedback, una técnica donde tenemos especialistas de reconocido prestigio.

Estrategias y recursos para padres

Cuando un padre sospecha que su hijo puede tener déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es crucial implementar estrategias efectivas que ayuden a manejar el comportamiento en el hogar. Una de las recomendaciones más importantes es crear un ambiente estructurado y predecible. Esto se puede lograr estableciendo rutinas diarias, lo que permite que el niño sepa qué esperar en cada momento del día. Las rutinas pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad que a menudo experimentan los niños con TDAH.

Además de establecer rutinas, los padres pueden utilizar técnicas de organización para ayudar a sus hijos. Es recomendable dividir las tareas en pasos más pequeños y manejables, permitiendo que el niño se sienta más competente y menos abrumado. Utilizar listas de verificación visuales puede ser una herramienta efectiva, ya que permite a los niños revisar y completar las tareas de manera más organizada.

Asimismo, es vital reforzar la comunicación abierta y honesta. Los padres deben hablar con sus hijos sobre sus desafíos de atención y cómo estos pueden afectar su vida diaria. Fomentar un diálogo donde el niño se sienta seguro para expresar sus sentimientos puede facilitar el manejo de situaciones difíciles.

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